«Escucho susurros que me instan a salir del carril establecido y a vivir en libertad»

¿Qué será de nosotros en el futuro? Es más, ¿qué es de nosotros en el aquí y ahora? Son cuestiones eternas para la juventud, pronunciadas si cabe con mayor dramatismo en estos tiempos de crisis perpetua. En Japón saben mucho de esto, con dos décadas sin salir de una recesión que ha contribuido a minar la estabilidad laboral de los trabajadores. Por edad, Inio Asano (Ishioka, Japón, 1980) pertenece a esa generación que ha tenido que lidiar con esta nueva realidad, en la que dar el salto a la vida adulta se ha convertido casi en un imposible. Este es el contexto en el que se desarrolla ‘Solanin‘ (Norma Editorial), manga publicado originalmente en Japón en 2006 y que llegó a estas tierras el pasado año. Un cómic excepcional, tanto por trama como por dibujo, que habla de algo tan universal como la búsqueda de la felicidad.

‘Solanin’ es una historia coral protagonizada por un grupo de amigos veinteañeros en Tokio. No hace mucho que acabaron sus estudios universitarios, y lo que tendría que haber sido el punto de partida de una carrera profesional seria y estable, se ha convertido en un aburrido pagar facturas con pequeños trabajos temporales y anodinos, que nada aportan a sus vidas. Meiko es la valiente que se atreve a dar el paso y dejar su puesto en una oficina, y en su decisión acaba arrastrando a su novio Taneda. ¿Por qué no trata de cumplir su sueño de juventud, antes de que sea demasiado tarde, y prueba suerte con el grupo de rock que tiene montado con sus colegas? Comienza así su huida hacia adelante, un camino hacia lo desconocido trufado de instantes de duda, esperanza, fracaso, alegría y drama.

‘Solanin’ está lleno de momentos y conversaciones en las que es fácil sentirse identificado. Inio Asano retrata con maestría las inseguridades de toda una generación, abocada a seguir el sendero marcado muy a su pesar. Hay momentos de gran intensidad dramática, nada forzados, y otros en los que el autor introduce elementos de humor para rebajar la tensión y recordar que, a fin de cuentas, la vida tiene también mucho de comedia. Se han cargado mucho las tintas sobre  ‘Solanin’ como «retrato generacional», que lo es, pero si por algo cautiva este manga es por la preciosa e imperfecta historia de amor entre Meiko y Taneda. Asano la describe con maestría en el plano cotidiano, tan cercano que se hace real.

En el aspecto gráfico, el dibujo de Asano es portentoso, realista y próximo. Sin duda, uno de los aciertos gráficos es dotar a la pareja protagonista, veinteañeros los dos, de un aspecto físico casi adolescente, lo que refuerza la sensación de estar ante niños jugando a ser adultos. En lo narrativo, Asano sabe generar tensión dramática sin alargar innecesariamente las situaciones, con un  muy acertado uso de los ‘flashbacks’. En definitiva, ‘Solanin’ no es solo uno de los mejores mangas publicados en España durante 2014; es, a secas, uno de los mejores cómics del pasado año.

Una cosa más. Hace ya algunos años, Ponent Mon editó en España ‘Nijigahara Holograph‘, recientemente recuperado por Milky Way Ediciones. Este título, en el que Asano ya demostraba su magnífico grafismo, tenía una trama desconcertante, en la que parecía que solo el propio autor sabía qué ocurría en sus páginas. Aún así, dentro de aquel caos, era capaz de transmitir sensaciones muy intensas. Con ‘Solanin’, queda desterrado el agridulce recuerdo que dejó aquel título y Asano se confirma como un autor a seguir. Por mi parte, es hora de darle una oportunidad a ‘La Chica a la Orilla del Mar‘, su otro título editado en España hasta el momento.